Las historias más sorprendentes de fraudes a aseguradoras

La picaresca española es digna de los mejores guiones. Bien lo saben las aseguradoras, que cada año descubren intentos de fraude que podrían formar parte de una lista de películas de lo absurdo. No en vano, las compañías estimaron recibir el año pasado un 1,22%  de partes fraudulentos o, lo que es lo mismo, más de 300.000 reclamaciones falsas en 2015, según datos de la Asociación Empresarial del Seguro Unespa.

Con el fin de potenciar los trabajos de detección e identificación de fraudes, la Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA) premia cada año las mejores investigaciones realizadas por las compañías sobre supuestos de este tipo. Como podrás observar, estas estafas no dejan títere sin cabeza: incluyen desde los fraudes relacionados con golpes con el coche hasta casos tan extraños como falsas operaciones de hemorroides.

Recopilamos algunos de los fraudes que se pusieron de manifiesto en la última convocatoria de la ICEA:

  • Simulación de atropellos: Lugar de actuación, la provincia de Sevilla. Las investigaciones detectan varios atropellos en los que los asegurados facilitan un mismo número de teléfono. Tirando del hilo se descubre la relación con muchos otros más casos. Es más, algún implicado aparece involucrado en 19 accidentes, bien como culpable, bien como víctima.

 

  • Un abogado en común: Un letrado de Murcia capta gente lesionada para representarla en los juicios. El objetivo hacerlos pasar por  víctimas de accidentes de circulación.

 

  • Un accidente rocambolesco, un solo rasguño y una amante como excusa: Un coche aparece destrozado tras caer por un terraplén en una carretera aislada en Asturias. El conductor consigue salir, pero el vehículo no es rescatado hasta el día siguiente debido al difícil acceso. ¿Qué hacía allí? Según el estafador, iba a visitar a su amante, por lo que se había desviado para evitar la autopista y así no dejar rastro en el peaje. Demasiadas incongruencias: El vehículo aparece destrozado, la ventanilla del coche bajada, el cinturón sin activar y la supuesta víctima con sólo un rasguño. Las pesquisas demuestran que el vehículo había sido declarado siniestro total por otra compañía. El defraudador pretendía cobrar los 21.000 euros de coste del vehículo mediante una factura falsa. En realidad, lo había comprado en un desguace por poco más de 2.000 euros.

 

  • Un cirujano estético en Madrid e indemnizaciones por hemorroides: La aseguradora se encuentra con varios pacientes de un mismo perfil que reclaman el reintegro de los gastos e indemnizaciones por operaciones de este tipo. ¿Lo sorprendente? Todos los casos pertenecen al mismo centro y al mismo cirujano. Un equipo de detectives privados acude de incógnito a la clínica y solicita información sobre una rinoplastia. Al preguntar qué parte cubriría el seguro, salta la liebre. El médico les informa  de cómo presentar el parte y les indica que él entregará la documentación como si se tratase de una cirugía general (cubierta por la póliza) y no una cirugía plástica (no cubierta).

 

  • El rescate de los atunes: Una empresa dedicada a la cría de pescado contrata una póliza para cubrir el traslado de atunes vivos a unas granjas de engorde en las costas levantinas. Según la asegurada, el buque sufre un problema en el timón durante el traslado, lo que le obliga a ser rescatado por otra embarcación. Durante esta maniobra, las jaulas con los atunes sufren daños y los animales escapan. Sin embargo,  los investigadores ni encuentran daños en el timón ni constancia de actuación de Salvamento Marítimo. Se descubre que la empresa ha pagado a un buceador para romper las jaulas y que el pescado ya había sido vendido a un comprador distinto al incluido en la póliza.

 

Los detectives: grandes aliados para destapar los fraudes

Los intentos de los estafadores hacia las compañías han ido en aumento durante los últimos tiempos. Sólo en el ramo automovilístico se han multiplicado por 3,5 veces desde hace 7 años. Ello ha empujado a las aseguradoras a confiar cada vez más en la labor de investigadores profesionales- como los detectives privados en Mallorca, Murcia y Barcelona de Detectib– para evitar estas situaciones y proteger sus cuentas de resultados. Un ejemplo: En 2014, la contratación de detectives les permitió evitar un fraude de 411 millones de euros. Te lo ampliamos en ¿Por qué las aseguradoras contratan detectives para destapar fraudes?

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Por qué las aseguradoras contratan detectives para destapar fraudes

Los fraudes al seguro del coche se han multiplicado por 3,5 veces desde hace 7 años, lo que supone que 6 de cada 100 siniestros declarados al seguro son intentos de estafa. Un enorme coste para  el sector- más de mil millones anuales sólo en el ramo automovilístico- que hace que cada vez sean más las aseguradoras que contratan a detectives privados para pillar a los tramposos.

Los datos los ofrece Línea Directa en su último barómetro sobre fraude en el seguro de autos, publicado a principios de año. Detrás de ello, la crisis y la arraigada picaresca española. Lo sabe bien la agencia de detectives en Mallorca Detectib, que ha visto como su labor investigadora se ha convertido en clave para la cuenta de resultados de muchas empresas. Según describe, las aseguradoras contratan sus servicios cuando los peritos sospechan o no pueden probar lo que intuyen como fraude. Es entonces cuando entra en escena el investigador privado para contactar con testigos y acumular pruebas.

Asimismo, el personal de la agencia –con servicios de investigación en toda España- coincide con el perfil del defraudador apuntado por el estudio, según el cual es el de hombre menor de 26 años, desempleado o con empleo precario, al que se le suma recientemente el de varón de mediana edad, con formación superior y trabajo por cuenta ajena.  

Por otra parte, el informe asegura que el 94,5% de los intentos de fraude al seguro de autos refieren a daños materiales y el 4,5% a lesiones;  si bien el importe de estos últimos llega a multiplicar por 30 el de aquellos.

En el primer caso, los daños ajenos al siniestro encabezan la lista, seguidos por los montajes preparados con la intervención de varias personas, los fraudes por presupuestos inflados, las averías declaradas como siniestros y los falsos hurtos. En cuanto a las lesiones, destaca que sólo un 2% son por enfermedad o por lesión anterior al accidente, de forma que el 98% restante es por simulaciones o por falso agravamiento de daños reales, especialmente por esguince cervical.

Para contratar a un detective privado en Mallorca rellena el siguiente formulario. Un investigador especializado en el área que buscas se pondrá en contacto contigo lo antes posible. Detectib -con delegaciones en Mallorca, Murcia y Barcelona- dispone de un amplio equipo de especialistas en descubrir siniestros fingidos, estafas a mutuas y a seguros de empresa, que se apoya en los últimos equipos tecnológicos.

Los fraudes en las prestaciones por incapacidad permanente

Es posible que muchos de vosotros conozcáis el caso de algún amigo, familiar o conocido que recibe una prestación por incapacidad permanente. Gracias a esta ayuda pueden vivir dignamente muchas personas que por distintas razones no pueden desempeñar una actividad profesional. El problema, como pasa con todas las prestaciones, es que siempre hay quien trata de aprovecharse del sistema para obtener dinero de manera fraudulenta.

Mutuas aseguradoras y empresas recurren habitualmente a los detectives privados de Mallorcapara destapar los casos de fraude a la Seguridad Social de personas que reciben prestaciones fraudulentas por incapacidad permanente.

El objetivo de los detectives privados es verificar la situación real de la persona que recibe o ha solicitado dicha prestación para asegurarse de que no la está cobrando al tiempo que trabaja ilegalmente en alguna actividad para la que se supone que está incapacitada. Se han dado muchos de estos casos por lo que, ante la duda, un detective privado laboral puede ser la solución.

El Sistema de Seguridad Social español define la prestación por incapacidad permanente como una cuantía que es abonada a una persona para “cubrir la pérdida de ingresos salariales o profesionales derivados de un accidente o enfermedad”.

Ahora bien, para obtener esta prestación debe constatarse médicamente que, tras haber sido sometida a un tratamiento, dicha persona presenta una serie de secuelas físicas o psicológicas graves, previsiblemente definitivas, que disminuyen o anulan su capacidad laboral.

Concretamente, la Ley General de la Seguridad Social determina como requisitos para afirmar que se trata de una invalidez permanente los siguientes:

– Que las reducciones anatómicas o funcionales sean objetivables, es decir, que se puedan demostrar médicamente sin dar lugar a dudas y que no se basen únicamente en lo que diga el interesado.

– Que sean previsiblemente definitivas y, por tanto, incurables e irreversibles.

– Que las reducciones sean graves disminuyendo o anulando la capacidad laboral.

Una vez determinado que existe una incapacidad permanente, existen cuatro tipos que atienden al grado de incapacidad:

– Parcial.- Este tipo de incapacidad reconoce una disminución igual o superior al 33% en su rendimiento normal para el desempeño de la profesión habitual de la persona en cuestión, sin impedirle la realización de las tareas fundamentales de la misma.

– Total.- La cual imposibilita para la realización de todas o las fundamentales tareas de la profesión habitual, si bien no le impide poder dedicarse a otra actividad distinta.

– Absoluta.- Este grado reconoce que la persona es incapaz por completo de desarrollar cualquier profesión u oficio.

– Gran invalidez.- En este caso, además de ser incapaz para desarrollar cualquier actividad profesional, se certifica que como consecuencia de las pérdidas anatómicas o funcionales sufridas, dicha persona necesita la asistencia de otra para los actos más esenciales de la vida, tales como vestirse, desplazarse, comer o análogos.

Gracias a las investigaciones sobre fraudes por incapacidad permanente se han destapado muchos casos de personas que, por ejemplo, trabajaban en negro en una determinada actividad a pesar de habérseles reconocido una incapacidad permanente total en dicha profesión. Para contribuir a que el sistema funcione adecuadamente y que las personas que realmente necesitan estas ayudas las sigan percibiendo es importante perseguir la picaresca de quien trata de aprovecharse injustamente de ellas.