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Caso de criminología Detectib: ¿Y si no estamos ante un suicidio?

En la agencia de detectives privados Detectib, con sede central en Palma y servicio en toda España, sabemos bien que las cosas no siempre son lo que parecen. Una nueva investigación nos ha invitado a reflexionar sobre ello una vez más. En esta ocasión, el caso nos llega desde Algaida (Mallorca) y guarda relación con la muerte de Aracelí Currás, una mujer que apareció sin vida en su casa el pasado mes de mayo. Durante las pesquisas, las fuerzas de seguridad no encontraron nada extraño y, finalmente, el estudio forense dictaminó el suicidio como la causa del fallecimiento.

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Sin embargo, la familia de Araceli nunca ha compartido esta versión oficial y desde el primer momento ha insistido en que detrás del fallecimiento se escondían causas oscuras. Fue así como el caso llegó a manos de nuestros investigadores privados en Mallorca y cómo la hipótesis del suicidio ha dejado de sostenerse. Un laboratorio especializado de Barcelona ha descartado que Araceli hubiera ingerido drogas o medicamentos, por lo que las incógnitas vuelven a planear sobre el caso.

Con el fin de arrojar luz sobre el asunto, nuestro equipo de detectives privados ha analizado en profundidad junto al abogado Pablo Alonso de Caso -también contratado por la familia- el escenario donde la mujer apareció muerta. Las pesquisas apuntan la posibilidad de que Araceli fuera envenenada progresivamente con algún producto químico diluido en el agua. Un veneno que podría ir destinado a la finada o a sus animales. La mujer mantenía varias disputas con sus vecinos. Abierto este escenario, la familia de Araceli ha pedido a la Guardia Civil la reapertura del caso y el juez de Manacor ha ordenado ampliar el examen del cadáver.

Extrañas circunstancias

Araceli Currás, de  55 años, vivía en una casa de campo rodeada de animales abandonados que recogía en los caminos. Su cuerpo fue encontrado en el suelo del patio tres días después del fallecimiento, certificado el pasado 27 de abril.

En un primer momento, las hipótesis oficiales se centraron en un caso de suicidio o de muerte natural, inclinándose finalmente la balanza hacia la primera opción.

Posteriormente, las incógnitas aparecidas alrededor del caso han sido varias: Por una parte, las ratas que mordieron el cadáver de la víctima aparecieron muertas y fueron quemadas por un desconocido en una hoguera junto a  un gato. Por otra parte, la Guardia Civil no pudo acceder el día de los hechos a la primera planta, estancia donde Araceli dormía. Sin embargo, cuando la familia pudo hacerlo encontró que los cajones y enseres de la víctima estaban esparcidos, como si alguien hubiese estado rebuscando. Además, tal y como descubrió nuestro equipo de detectives, la bisagra de la puerta de acceso había sido manipulada.