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¿Qué límites conlleva la baja laboral para el trabajador?

La baja laboral o la incapacidad temporal (IT) supone la interrupción del contrato laboral entre la empresa y el trabajador por la imposibilidad del empleado de desarrollar su puesto en condiciones óptimas. Sin embargo, este paréntesis eventual no supone la ruptura entre ambas partes, ya que el uno y el otro van a seguir vinculados por una serie de obligaciones. En el caso del empleado, el incumplimiento de estas normas puede suponer el fin del subsidio económico por incapacidad, una sanción o incluso el despido. Aunque en realidad cada situación marca sus propios límites, hay una serie de consideraciones que el trabajador no debe perder de vista.

Una enfermedad común o profesional o un accidente laboral o no laboral son las causas contempladas para recibir la IT y, ligada a ella, una prestación económica que palie la suspensión del salario. Durante este tiempo, el empleado está obligado a hacer todo lo posible por recuperarse, de forma que acciones como abandonar o rechazar el tratamiento médico para la mejoría o inventar o alagar la incapacidad laboral sin motivo (art.175 de la Ley General de la Seguridad Social) van a ser castigables. El empleado debe colaborar activamente en su proceso de recuperación, lo que implica tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Evitar actividades que agraven su situación o aquellas incompatibles con su estado
  • Trabajar mientras se está de baja
  • Respetar el tratamiento médico
  • Acudir a los reconocimientos médicos de la Seguridad Social y de las mutuas de trabajo
  • Presentar los partes de baja y confirmación en la empresa en los plazos establecidos
  • Reincorporarse a su puesto en las 24 horas siguientes a la tramitación del parte de alta.

La particularidad de cada caso de baja laboral

¿Se puede viajar estando de baja laboral? ¿Puedo salir de fiesta? ¿Es perjudicial practicar mi deportivo favorito? ¿Tengo que quedarme en casa hasta recibir el alta? Son las dudas más comunes entre las personas que se encuentran en esta situación, pero sin embargo carecen de respuesta única. Según el caso particular, por ejemplo, viajar o no puede dificultar la recuperación del paciente (no es lo mismo una infección que una pierna rota). Lo mismo ocurre con el deporte (una persona con dolores de espalda puede necesitar el refuerzo de la natación, pero un joven con el tobillo lesionado no debería intentar jugar al fútbol con sus amigos, por mucho que lo disfrute).

Siguiendo las particularidades, hay casos en que el máximo reposo en casa es una imposición médica, mientras que en otros se insta a trabajar la vida social (normalmente en las bajas relacionadas con los problemas psicológicos). La misma lógica se aplica cuando los interrogantes surgen en torno a salir o no de fiesta. En casos en que la medicación es incompatible con el alcohol, por ejemplo, no procede salir de vinos o tomar cervezas. Sea como sea, lo más adecuado es resolver las dudas sobre compatibilidades con el facultativo y contar con aquellos informes médicos que autoricen ciertas actividades (deporte, viaje…).

No hay que olvidar que no son pocas las empresas que sospechan sobre las bajas de algunos de sus empleado e investigan los comportamientos de estos trabajadores para salir de dudas. La acción más habitual es contar con los servicios de detectives privados especializados en detectar bajas fraudulentas. Consulta el post de Detectib “Baja laboral de mi trabajador: ¿verdad o mentira?” para saber cómo proceden los investigadores privados para destapar un trabajador fraudulento.

 

Vigila a tus empleados: el 30% son bajas laborales fingidas

¿Problemas por bajas laborales fingidas? El absentismo fraudulento tiene un coste para las empresas de cerca de 2.000 millones de euros, a tenor de que 3 de cada 10 son bajas laborales fingidas o exageradas. Así se desprende del informe sobre fraude corporativo publicado por la consultoría Winterman, que recoge también un incremento del 6% en el fraude empresarial en 2016, respecto al ejercicio anterior. Casi 3.400 casos en España han servido de análisis para la extracción de estos resultados.

En concreto, el informe señala que el 67% de los casos analizados de fraude empresarial son de carácter interno, lo que arroja que más de la mitad de los mismos han sido cometidos por personal propio o por empresas proveedoras y subcontratadas. La fuga de información confidencial se lleva la palma, con un aumento del 60% respecto a 2015 (destacar que en el 80% de las ocasiones estaba detrás personal con acceso a los datos). Asimismo, el falso absentismo laboral, uno de los tipos más característicos del fraude empresarial, ha estado detrás del 30% de las bajas, con un coste de 2.000 millones de euros.

El mismo informe refleja también el ascenso del fraude financiero, un 16% más que en 2016. Según concreta, el fraude en banca ha visto crecer sus casos en un 30%  respecto a 2015, destacando sobre todo los blanqueos de capitales, los fraudes en transacciones electrónicas y de tarjetas de crédito. Las compañías aseguradoras tampoco se han librado. Reclamaciones fraudulentas por robos, por accidentes, pólizas, indemnizaciones…. han aumentado un 10,8% más en relación al año anterior. (Ver: Las historia más sorprendentes de fraudes a aseguradoras).

Detectives privados para detectar el fraude

Según la consultora, el aumento del fraude en 2016 ha estado ligado a causas como la crisis económica o la baja percepción de riesgo. Por una parte, la fuga de información se ha convertido en uno de los principales puntos de la diana por el crecimiento del valor de la información y la falta de control interno de los datos de la empresa. Por otra, las mejoras en la actividad empresarial han ido vinculadas al aumento del absentismo laboral, con el impacto económico que ello ha supuesto al empresario. 

En este escenario, los detectives privados desempeñan un papel fundamental a la hora de destapar estos y otros tipos de fraudes. Por poner sólo unos ejemplos, su labor es clave para revelar la exageración de daños, demostrar bajas fingidas o fraudulentas o investigar fugas de información de empresas. De ahí que en los últimos años hayan aumentado las empresas que recurren a contratar a profesionales como los de Detectib, con delegaciones en Mallorca, Murcia y Barcelona y servicios en toda España.