Seleccionar página

El camino para encontrar personas desaparecidas

Los casos de personas desaparecidas en España son mucho más frecuentes de lo que muchos creen. Las cifras hablan alto y claro y suman, al año, 16.000 nombres en una lista de desaparecidos que parece ser interminable. De ellos, unos 14.000 casos acaban quedando bajo el duro título de personas en paradero desconocido durante años, si no, para siempre.

Detrás de cada una de estas cifras, detrás de cada nombre, hay un drama familiar, decenas de desesperados que no dejan jamás de buscar. Para todos ellos, en detectib contamos con un departamento completo dedicado a asumir casos de personas desaparecidas en toda España. Afrontamos cada uno de ellos con la delicadeza y el cuidado que requieren cuestiones de este tipo pues, entre los desaparecidos, puede suele haber muchas personas mayores y niños.

El camino para encontrar a una persona desaparecida nunca suele ser el mismo. Las circunstancias son siempre muy personales y, aunque hay patrones que se repite y que sirven de base para desarrollar un dispositivo inicial de búsqueda, lo cierto es que no hay una receta concreta que nos lleve a andar la ruta correcta a la primera.

La búsqueda de una persona desaparecida puede durar días o, incluso, años. La paciencia, el esfuerzo colectivo (de agentes de investigación, fuerzas de seguridad del Estado y de la propia familia, amigos y conocidos) es vital. Poner en común cualquier dato, por insignificante que pueda parecer es clave. Trabajar esos datos, recorrer lugares una y otra vez, hablar con posibles testigos, investigar a fondo la vida de la persona cuyo paradero se desconoce -la vida que se ve a simple vista y esa que no siempre se sabe que existía-, investigar también a los que los rodeaban… Los informes pueden tener páginas infinitas de datos que no siempre sirven de mucho y, a veces, lo que puede parecer un detalle sin importancia es lo que realmente marca la pista más efectiva para seguir.

También es necesario tener en cuenta que mucho de los casos de personas desaparecidas lo son por propia voluntad del que se marcha. Una mala racha, deudas, problemas familiares, depresión… Puede haber mil razones, no siempre fácilmente comprensibles por aquellos que rodean al que toma la determinación de marcharse, y en ellas suele estar escrita la ruta a seguir. Una persona que quiere desaparecer es doblemente difícil de encontrar y los esfuerzos por parte de un investigador privado han de multiplicarse. Así como la paciencia de los que buscan.

Con el fin de dar un poco más de luz a esta realidad que no siempre se encuentra en los grandes titulares de la prensa, nuestro equipo ha preparado un breve vídeo informativo que os dejamos a continuación. Y, en el caso de que estéis ante una situación de este tipo, os invitamos a poneros en contacto con nosotros. Estamos a vuestro servicio.